Sobre cómo el poder político y económico nos controla sin que seamos capaces de advertirlo
El concepto panóptico fue ideado por Jeremy Bentham como una mecanismo aplicable al control del comportamiento de los presos en las prisiones.
En sí es una forma de estructura arquitectónica diseñada para cárceles y prisiones. En ella se disponía la posición circular de las celdas en torno a un punto central, sin comunicación entre ellas y pudiendo ser el recluso observado desde el exterior. En el centro de la estructura se alzaría una torre de vigilancia donde una única persona podía visualizar todas las celdas, siendo capaz de controlar el comportamiento de todos los reclusos.
Estos, sin embargo, no podían ser nunca conscientes de si eran vigilados o no, dado que dicha torre estaba construida de forma que desde fuera era vista como opaca, no sabiendo donde estaba o que hacia el vigilante. Así, el recluso podía estar siendo vigilado a cada momento, habiendo de controlar su comportamiento con el fin de no ser castigado.
La idea del panóptico sería recogida por Michel Foucault, que vería en la sociedad actual un reflejo de dicho sistema. Para este autor, el paso de los tiempos ha provocado que nos sumerjamos en una sociedad disciplinaria, que controla el comportamiento de sus miembros mediante la imposición de la vigilancia. Así, el poder busca actuar a través de la vigilancia, el control y la corrección del comportamiento de la ciudadanía.
El panoptismo se basa, según la teoría del panóptico, en ser capaz de imponer conductas al conjunto de la población a partir de la idea de que estamos siendo vigilados. Se busca generalizar un comportamiento típico dentro de unos rangos considerados normales, castigándose las desviaciones o premiándose el buen comportamiento.
Autogestión y autocensura
Este modelo social hace que el individuo autogestione su comportamiento, dificultando la coordinación y fusión con el grupo en pos de mantener la conducta dentro de un rango establecido como correcto por el poder. Se dificulta la formación y acción de grupos divergentes con el orden establecido.
El hecho de que la vigilancia sea invisible, es decir que las personas observadas no puedan determinar si están siendo observadas o no, hace que el comportamiento individual sea controlado incluso cuando no se vigila. El panóptico expresa muy bien el tipo de dominio que se da en la edad contemporánea: los mecanismos de vigilancia son introducidos en los cuerpos, forman parte de un tipo de violencia que se articula mediante las expectativas y los significados que transmiten los espacios y las instituciones.
La estructura de tipo panóptico en la que algunos agentes gozan del poder de vigilar y sancionar el comportamiento del resto sin que éstos sean capaces de discernir si están o no siendo vigilados no se limita solo al ámbito carcelario en que Bentham lo imaginó.
De hecho, según Foucault todas las instituciones actuales tienen de una forma u otra este tipo de organización. Si bien no es necesario que sea llevado a cabo físicamente, e incluso sin que se lleve a cabo una vigilancia real en algún momento, el hecho de sabernos o creernos vigilados y evaluados va a modificar nuestro comportamiento en los diferentes entornos.
La idea es hacer que el dominio quede difuminado en las dinámicas de poder y de relaciones sociales
Nuestra propuesta es una reflexión acerca de conceptos impuestos por la neolengua ( «Estado de alarma», «Negacionismo», «Bien común», «Pandemia», «Pasaporte sanitario», «Solidaridad», «Confinamiento», «Distancia social», «Vacunación»… ) con el único fin de implementarlos para hacer posible leyes y decretos vulneradores de derechos fundamentales, sociales, laborales, agendas totalitarias… contra este panóptico nos rebelamos, el precursor del oscurantismo protector de la omnipotente Gobernanza mundial.
Acció Crítika
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